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Este blog forma parte del proyecto Diario Intimo de una Ficción Verdadera. Se realiza dentro del marco de la materia Redacción Universitaria de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco, división de Ciencias Sociales y Humanidades,Departamento de Humanidades bajo la dirección del maestro Sandro Cohen.

domingo, 11 de marzo de 2012

Fin de semana acelerado
El pasado fin de semana estuvo muy acelerado. El viernes, saliendo de clases, fui con mis amigos a la frontera. Mi amiga, de la clase de redacción, no puede faltar.
Cuando llegamos todo estaba muy tranquilo. Aun era temprano. La gente comenzó a llegar. Vi a varios compañeros de la clase de redacción. Mi amiga no iba sola. Iba acompañada de su novio. En cuanto él llego pude notar que algunas personas lo vieron. Uno de mis amigos de derecho me pregunto si el acompañante de mi amiga  era al que ella le era infiel.
Después de convivir un rato, el novio de mi amiga dijo que se tenía que ir. Ella no le dijo nada para que se quedara, lo que me pareció muy bien, ya que con su novio presente ella no baila con otras personas.
 
Cuando estábamos solas con nuestros amigos de derecho empezó lo bueno. Al final no supe como paso, pero cuando volví de bailar con un compañero, mi amiga se estaba besando con alguien. Me acerqué y era el mejor amigo de su novio. A las cuatro de la tarde nos salimos, por que ya no se podía bailar e incluso teníamos que esperar mucho tiempo para comprar una cerveza.
Cuando nos fuimos me percaté que mi amiga y el mejor amigo de su novio ya no estaban. A los cinco minutos me marco el novio de mi amiga preguntando por ella. Solo le dije que se le había terminado la batería y que se encontraba bien. Claro no pienso delatar a mi amiga.
El sábado fue un día común y sin nada bueno; sin embargo el domingo fue el día de impuntualidades. Tenía que presentar mi examen de admisión a la UNAM. En mi comprobante de aspirante, decía que la cita era a las dos de la tarde y el examen comenzaba a las tres de la tarde. Yo no leí bien. Pensé que la cita era a las tres y el examen a las cuatro.
Cuando iba en camino para llegar, a mi supuesta cita de las tres de la tarde, leí lo que no había visto y me percaté de mi error. Al llegar a la escuela, por poco no me dejan entrar, pero afortunadamente si me permitieron presentar mi examen. Cuando entre al salón, vi a todos con una cara de estrés y de nerviosismo. Pensé que tal vez yo un año antes estaba en la misma condición. Al salir del aula una chava me pregunto si estaba nerviosa. Yo le respondí que no porque yo ya tenía escuela.

1 comentario:

  1. Me gustó tu entrada. Me dejó con la incertidumbre de saber quien es la chava.

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